Aromas que Cuentan Historias

Un tarro de canela. El olor a café un domingo por la mañana. La primera bocanada de aire fresco al salir de casa. El tacto de una madera recién barnizada. Una mesa de trabajo llena de planos y sueños. Una tarde entre libros y risas. El calor de una chimenea encendida en invierno. Una escapada improvisada a un restaurante que se convierte en favorito. El murmullo de un tren en la distancia. El borde de una copa de vino manchado de un rojo intenso.

Cada aroma no es solo un olor: es un recuerdo. Son momentos que Cristina y Carlos han vivido juntos. Son instantes que los definen, los identifican y que hoy, quieren compartir con quienes más quieren.

Dos Esencias, Una Historia

Cristina, profe de vocación, siempre ha tenido una forma especial de dejar huella. En sus alumnos, en sus amig@s, en su familia y, sobre todo, en Carlos. Su esencia es la canela. Un aroma que envuelve y que transforma cualquier momento en algo cálido, algo cercano, algo especial.

Por eso, la vela que la identifica hoy lleva este perfume, volcada a mano en un tarro verde que, refleja su calma y su fortaleza, siempre conectada con lo esencial.

Carlos, ingeniero de profesión, es energía y estructura. Es alma por construir y dejar legado. Hay muchos aromas que pueden identificarlo, pero hoy su esencia es el café con galleta, porque hay algo en su carácter que invita a la calma y al disfrute de las pequeñas cosas.

Su vela, volcada a mano en un tarro terracota, refleja su arraigo, su carácter sólido y su pasión por construir, tanto en su trabajo como en sus relaciones.

Ambas velas, tienen un detalle especial que las une: su mecha de madera, que, al encenderse, evoca el sonido de una chimenea encendida. Ese chisporroteo que invita a la calma, a sentarse, a disfrutar y a dejarse envolver por el calor de los recuerdos.

Juntos, Un Matrimonio de Detalles

Estas velas, al igual que ellos, son diferentes, pero complementarios. Por separado, tienen su propia identidad, su propio aroma, pero juntas crean algo único.

Un equilibrio perfecto, como el que han construido Cristina y Carlos desde que decidieron caminar juntos.

Además, han elegido estos tarros pensando en algo más: en su durabilidad y versatilidad. Cuando la vela se consuma, el tarro no solo es un recuerdo de este día tan especial, sino que también puede tener una nueva vida.

Podrás usarlo para guardar pequeños tesoros en casa o, si lo prefieres, transformarlo nuevamente en una vela, porque las historias, como los aromas, siempre pueden renovarse.

Un Regalo que Perdura

Para Carlos y Cristina, los detalles importan. Y con estas velas quieren daros más que un recuerdo. Quieren compartir un pedacito de su vida, de sus viajes, de su amor por la comida y de las experiencias únicas.

Cuando encendáis estas velas en casa, el aroma os transportará a este día, a los momentos compartidos con ellos. Tal vez, sea hora de cerrar los ojos, dejar que los aromas os cuenten historias y que el chisporroteo de la mecha os devuelva la calidez de este momento.

Porque los Recuerdos También se Huelen

Así es como Carlos y Cristina quieren que recordéis su boda: como una fusión de aromas, de recuerdos y de momentos que se quedan grabados en el corazón, PARA SIEMPRE.

Porque, al final, las fragancias tienen esa magia: la de conectar con lo más profundo de nosotros mismos y revivir historias que nunca se olvidan.

Hoy celebramos algo muy especial, y con cada aroma, celebramos también la historia que han escrito juntos y la que aún les queda por vivir.

Gracias, Cristina. Gracias, Carlos.

Postdata: No nos hemos presentado, somos 2Lumière y hemos hecho que todo esto sea posible.

Cuidado y Uso de la Vela

Para disfrutar plenamente de estas velas:

  1. Primera quema: Asegúrate de que la primera vez que enciendas la vela, la cera se funda completamente hasta los bordes del tarro. Esto evitará el efecto túnel y permitirá que la vela se queme de manera uniforme en el futuro.
  2. Duración: Deja la vela encendida al menos 2-3 horas en cada uso.
  3. Mecha de madera: Antes de encenderla, corta la mecha ligeramente para que tenga un tamaño aproximadamente de 5 mm o elimina de la mecha si no es la primera vez que la enciendes los restos quemados. Esto garantiza una llama óptima.
  4. Disfruta del momento: Una vez encendida, disfruta y relájate.

Cuando la vela termine, ¡recuerda! El tarro puede tener una segunda vida, ya sea como recipiente decorativo o como un nuevo hogar para otra vela. Porque los detalles bien cuidados siempre perduran.