Leo, una mirada que deja huella

Hay niños que saben estar. Y no porque nadie se lo enseñe a la fuerza, sino porque lo llevan dentro, ese saber natural de cuándo hablar, cuándo reír, cuándo abrazar.

Leote, como lo llaman con cariño en casa, es justo así.
Un niño que impresiona por su temple, su educación, su forma de mirar con intención y de responder con respeto, y ese hoyuelo, por supuesto, que aparece como una firma secreta cada vez que sonríe.

Es inquieto, curioso, con la energía de quien quiere descubrirlo todo.
Atlético, vital, siempre en movimiento. Y a la vez, con ese equilibrio raro de encontrar en alguien tan pequeño que sabe cuándo parar, observar y entender las cosas.

Tiene muchos amigos. Porque quien le conoce, le quiere. Y no es por casualidad, Leo cuida. Leo presta atención. Leo está.

Ya sea en clase, en el campo, o en casa con sus hermanos, Goyo y Natalia, que lo admiran como a un pequeño faro que no deslumbra, pero sí guía.

Hoy toma su Primera Comunión, y aunque en su forma de hablar no haya grandes discursos, hay en él una fe que se nota en los gestos, en la actitud y en el corazón.


Una Cruz con Aroma a Vitalidad Elegante

Para este día especial, sus padres, Natalia y Goyo, han elegido un detalle tan significativo como sutil: una cruz de cera de soja, hecha a mano, decorada con una espiga de trigo y perfumada con el aroma que el propio Leo eligió: bouquet floral.

Un olor lleno de vida, de matices, de energía luminosa. Como si cada flor representara un aspecto de él, su curiosidad, su respeto, su picardía, su inteligencia.

La espiga de trigo aporta ese símbolo de crecimiento, de madurez, de promesa.
Como un pequeño recordatorio de que lo que empieza hoy, es solo el principio de algo muy grande.

 

Un Recuerdo que Respira Como Él

Esta cruz no solo adorna. Evoca. Evoca su esencia, su personalidad única, su manera de estar en el mundo.

Cuando sientas su aroma a ese aire limpio y floral que parece un soplo de primavera en la piel, hará que te acuerdes de Leo. De cómo camina, de cómo escucha, de cómo juega.
Y de cómo ha crecido hasta llegar a este día tan especial con los pies en la tierra y el alma bien despierta.

 

Un Detalle con Espíritu Propio

Este regalo ha sido pensado para quedarse cerca. Para decorar, sí, pero también para acompañarte más allá del día de hoy.

Porque hay niños que no se olvidan. Y hay aromas que se vuelven parte de la memoria.

Leo es ambas cosas.

Una presencia que deja huella.
Y un recuerdo que florece cada vez que lo respiras.

 

Cuidados del Ambientador:

  1. Colocación: Colócalo en un armario, cajón o un rincón especial de casa.
  2. Duración del aroma: Para mantener su fragancia durante más tiempo, evita colocarlo en lugares expuestos directamente al sol o al calor excesivo.
  3. Reutilización: Una vez que el aroma se haya disipado, puedes conservarlo como elemento decorativo o fundirlo en un quemador de cera y aceites esenciales para disfrutar hasta el último momento de su aroma.

PD: No nos hemos presentado, somos 2LUMIÈRE y hemos hecho que todo esto sea posible.